El canto gregoriano está basado en 8 modos ordenados en pares: protus, deuterus, tritus y el tetrardus.
Cada uno de los modos terminan en una misma nota re, mi, fa y sol respectivamente, llamada “final”. El protus está formado por dos modos: el auténtico-dórico y el plagal-hipodórico; el deuterus por el auténtico-frigio y el plagal-hipofrigio; el tritus por el auténtico-lidio y el plagal-hipolidio; y el tetrardus por el por el auténtico-mixolidio y el plagal-hipomixolidio.
Todos los modos constan de un pentacordo y un tetracordo, la diferencia entre el auténtico y el plagal es el orden. En los modos auténticos es pentacordo+tetracordo, y en el plagal es tetracordo+pentacordo. En el plagal la nota de unión entre el tetracordo y el pentacordo es la “final”.
Casi siempre los modos se escribían sin alteraciones, haciendo una sola excepción: el Si b. aparecía con mucha frecuencia en el modo auténtico lidio (fa-fa´) que sería equivalente a la escala mayor actual.
Cada modo contiene una nota llamada “Dominante”; en el modo auténtico la dominante es la quinta superior a la final, en el plagal es la tercera superior, pero a partir del siglo X las dominantes de los modos 3, 4, y 8 subieron un tono y se han mantenido así. Se transportaban los cantos con los modos no con los neumas, por lo que cada quien cantaba los intervalos cómodamente. En el siglo XVI, se produjeron 4 nuevos modos, el jónico, hipotónico, el eólico y el hipo eólico.
Los textos que no habían sido adaptados a melodías se cantaban como recitativos. Para esto se crearon fórmulas recitativas. Las sílabas acentuadas del texto tienen que coincidir con las inflexiones de la voz.
fuentes: https://musicnetmaterials.wordpress.com/2015/04/13/los-modos-eclesiasticos/
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